sábado, 16 de enero de 2010

Viaje a las profundidades submarinas

Reventaron sus entrañas de odio, reproches, miedos, inseguridades, celos y cuentas pendientes que nadie pagó. Reventaron llenando la habitación de vísceras de animales podridos. Olían mal las vísceras. Mancharon las paredes blancas, las sábanas de miel azules, los libros apilados en el suelo, la hamaca colgada. En un torbellino, todo el odio y el respeto se fueron por la ventana.¿Donde fueron esos ojos de niño que mira sin miedo pero con la circulación acelerada a la nuca de la chica de la primera fila?

Fueron a parar al cajón donde están los sueños, los planes, la risa, la felicidad, la ternura, la lujuria. Ese cajón que entierran en el piso bajo la cama y que cuando explotan las entrañas quieres tirar al fondo del mar. Pero no me importa porque cuando mires hacia otro lado con el ceño fruncido y la boca ensangrentada me arrastraré bajo la cama y me llenaré de fango y me arañaré los brazos y se romperán mis ropas y murciélagos se enredarán en mi pelo y llegaré hasta el fondo del mar y saldré con la piel de sudor y salitre y con spondyluss enredados en mi pelo y cangrejos pinzándome los pezones. Y pondré de nuevo la caja sobre la cama y la abriré con mimos y besos y caricias para que volvamos a ser felices. Para no tener que sumergirme de nuevo en el fondo del mar.

1 comentario:

Leon dijo...

Y regresaste
Y abriste la caja con besos y caricias y mimos...
Tuviste que bajar unas veces mas,
repetiste la acción cual algoritmo,
ensuciaste tus vestidos (te los ensució),
decidiste que fue suficiente... suficiente?
te fuiste, te llevaste los mimos, las caricias y los besos,
tuviste que hacerlo, aunque no lo quisiste, tuviste que...
Ayer lo vi él... buscando conchas de mar, esos spondylus que te quitaste,
lo vi buscando esas huellas que dejaste en la orilla del mar,
andaba desorientado, tiene nieve en los ojos,
tienes una banda de zamuros brincando tras sus pasos,
transfiguración de las parcas...
Ayer lo vi, todos los días lo veo...
Que qué me ha dicho?
Nada... tan sólo me pregunto por aquel mar donde fuiste tantas veces...
Ese mar adonde él quiere ir...